En el episodio 271, Damián recibe la inesperada visita del sargento de la Guardia Civil, quien llega con preguntas inquietantes. El oficial le muestra una pistola y le pregunta si la reconoce. Damián niega saber de su existencia y asegura que su hijo Jesús jamás se habría quitado la vida. Sin embargo, el sargento planea enviar el arma al laboratorio para analizar las huellas y descubrir la verdad.
Las sospechas aumentan cuando el sargento investiga los conflictos en la familia. Damián admite que Jesús estaba en malos términos con todos, especialmente porque quería llevarse a su hija al extranjero. Además, la ausencia de Jesús en la boda de su hermana no pasó desapercibida. Joaquín Merino también informó sobre la lucha de poder dentro de la empresa, lo que deja en claro que había muchas tensiones.
Un detalle inquietante surge cuando Damián recuerda haber visto a un misterioso hombre con una cicatriz en el cuello salir del despacho de su hijo el día de la boda. Jesús dijo que sera un pasante, pero su presencia resultó sospechosa.
Por otro lado, Begoña se convierte en el centro de las investigaciones debido a sus antiguas acusaciones contra Jesús, asegurando que intentó matarla. Aunque ella intenta restarle importancia, el sargento sigue desconfiando. La situación se complica aún más cuando Andrés intenta defenderla, alegando que estuvo con ella la noche de la fiesta, pero sin testigos que confirmen su versión.
Más tarde, María revela un secreto impactante a Damián: Jesús, pese a su carácter conflictivo, solo buscaba amor y aceptación. Conmovido, Damián se queda reflexionando sobre lo que realmente impulsó a su hijo a actuar de esa manera.