Fina, agotada después de una larga jornada, entra en la oficina de Marta con una preocupación en mente. Le pregunta si tiene un momento para hablar, y aunque Marta está esperando a don Pedro, le asegura que hasta su llegada, toda su atención es para ella.
Fina le cuenta que su inquietud también involucra a Pedro: el proyecto de ventas a domicilio de Carmen. Aunque el director aprobó una prueba, se negó a asignar fondos, lo que obligó a Carmen a trabajar hasta altas horas de la noche vendiendo puerta a puerta en Consuegra.
Sorprendida, Marta pregunta si alguien la acompañó, pero Fina le explica que nadie quiso hacerlo sin recibir un pago. Se siente culpable por su amiga, pero Marta le recuerda que no es justo esperar que alguien haga horas extras sin compensación, especialmente en un proyecto sin planificación adecuada.
La tensión en la tienda es evidente, aunque Carmen trata de disimularlo. A pesar del cansancio, logró algunas ventas, pero quedó exhausta. Justo en ese momento, Pedro entra con un contrato para-Marta. Antes de que pueda irse, Fina aprovecha la oportunidad y expone el problema: aprobó la prueba del proyecto, pero sin presupuesto.
Pedro argumenta que era solo un experimento y que después analizarán la viabilidad financiera. Con respeto, Fina insiste en que las pruebas deben hacerse en condiciones justas. Le recuerda que Carmen trabajó sola sin pago extra y que, aunque logró ventas, su esfuerzo no fue reconocido.
¿Tomará Pedro en cuenta estas palabras? ¿Se hará justicia en la tienda? 🔥