Del lunes 21 al viernes 25 de julio, La Promesa nos sumerge en una de las semanas más intensas hasta ahora. Con emociones a flor de piel, secretos que salen a la luz y relaciones al borde del colapso, los próximos capítulos redefinen el rumbo de varios personajes. Pero además del drama habitual, esta semana está marcada por una interrupción significativa: el jueves 24, Televisión Española suspende la emisión de la serie para transmitir el Tour de Francia, dejando a los espectadores colgados en medio de los momentos más álgidos.

La semana comienza con una escena cargada de tensión: Curro, desbordado por la rabia, está a punto de agredir físicamente al capitán de la Mata. Sin embargo, Ángela interviene a tiempo y lo frena. Este acto no solo evidencia la intensidad del conflicto, sino que también reafirma el lazo creciente entre ambos. Ángela quiere ayudar, pero necesita conocer la verdad completa antes de actuar. En paralelo, Rafaela sigue muy enferma y, pese a la gravedad de su situación, ningún médico quiere atenderla. El miedo a represalias por parte de figuras poderosas pesa más que la vocación. Leocadia sospecha que el varón de Valladares está detrás de esta negativa, y Martina termina por confirmar sus sospechas.

Ante la pasividad general, Simona toma la iniciativa. Contacta al doctor Guillén, un médico humilde pero comprometido, y lo lleva a la Promesa para que vea a Rafaela. Esta acción, aunque desafiante, representa un acto de valentía en medio de un entorno marcado por el clasismo y la indiferencia. Guillén se convierte así en símbolo de resistencia ante un sistema opresivo.

Mientras tanto, en un rincón más íntimo de la historia, el amor se abre paso. Manuel y Enora logran probar con éxito el motor del avión y, eufóricos por el resultado, terminan besándose. Sin embargo, para Enora está claro que Manuel sigue sintiendo algo por Jana, lo que pone en duda la autenticidad de ese momento. Para complicar más el panorama, Toño también comienza a desarrollar sentimientos por Enora, creando un nuevo triángulo amoroso.

Por otro lado, Curro y Ángela viven su propio momento de pasión, creyendo estar a solas. Sin embargo, alguien los ha visto. Esta inesperada mirada furtiva amenaza con destruir lo que apenas comenzaba entre ellos. ¿Quién fue testigo de ese beso? La respuesta podría cambiarlo todo.

El martes 22, el doctor Guillén logra mejorar el estado de Rafaela, lo que provoca una mezcla de alivio y tensión. Simona y Ricardo pagan un precio alto por haberlo traído, enfrentando las represalias de Leocadia. Esta última presiona nuevamente a Lorenzo, exigiendo medidas más drásticas. Curro sigue su cruzada contra el capitán, mientras Cristóbal se ve obligado a intervenir para calmar los ánimos.

En otra conversación significativa, Toño le confiesa a Manuel que está enamorado de Enora. Manuel, aunque empático, le lanza una advertencia que cala hondo: no todos los amores son correspondidos. Catalina y Adriano, impactados por lo ocurrido con Guillén, empiezan a cuestionar su propia pasividad. ¿Será este el detonante que los lleve a tomar acción y promover un cambio real dentro del sistema?

El miércoles 23 trae más alivio: Rafaela mejora y eso fortalece la determinación de Catalina y Adriano, quienes ya no están dispuestos a seguir permitiendo las injusticias del varón de Valladares. La actitud valiente del doctor Guillén contrasta con la cobardía de muchos que prefirieron callar. Enora y Manuel siguen celebrando su logro técnico, pero el ambiente se tiñe de nostalgia. Enora se da cuenta de que Manuel no ha superado su pasado con Jana.

Mientras tanto, Santos revela a Ricardo que su madre lo usó para sus propios fines, lo cual ha roto su confianza y generado resentimiento hacia Pía. La tensión sube cuando Samuel desaparece sin dejar rastro. María Fernández y Petra se desesperan, temiendo lo peor. A su vez, la señora Arcos mantiene una fuerte discusión con Cristóbal, cuya actitud impecable en apariencia comienza a generar desconfianza.

Ángela sigue presionando a Curro para investigar al capitán, pese a los riesgos. Él duda, preocupado por su seguridad, pero ella ya ha tomado una decisión. Leocadia, mientras tanto, empieza a sentir el peso de las consecuencias y teme por el bienestar de su familia. Lorenzo, por su parte, propone soluciones que rayan en lo absurdo, dejando a todos desconcertados.

Finalmente, el viernes 25 llega con promesas de confrontación y revelaciones. Rafaela sigue mejorando, pero Catalina no se conforma con eso. Decide enfrentarse al varón de Valladares sin miedo ni filtros. Está lista para decirle, cara a cara, que no piensa retroceder ni permitir más abusos. Cristóbal evalúa la posibilidad de devolver a López a su antiguo puesto, mientras el propio López sospecha que hay algo raro en el desapego de Vera hacia su familia. Está decidido a llegar al fondo del asunto.

La presión sobre Curro llega a su punto máximo y finalmente explota. Se enfrenta de forma violenta al capitán de la Mata, lo que lleva a Lorenzo a tomar medidas extremas. Con el futuro de muchos pendiendo de un hilo, Manuel y Enora siguen navegando entre la confusión emocional. Ella sigue preguntándose qué le oculta Manuel, qué heridas aún no han sanado.

Y para cerrar la semana, una noticia cambia el rumbo: Pedro Farré ya ha recibido el prototipo del motor. Esto no solo representa un gran avance tecnológico, sino que también podría abrir nuevas tramas de cara al futuro.

En resumen, La Promesa no solo continúa su ritmo vertiginoso, sino que lo acelera con una combinación explosiva de amor, traición, rebeldía y lucha social. La transformación está en marcha, aunque algunos aún se nieguen a aceptarlo. Esta semana no es solo una más: es un antes y un después.