Una reunión improvisada destapa una grieta profunda en el corazón del Consejo. Tasio irrumpe en medio de una conversación entre Marta, Andrés y don Pedro, con un gesto aparentemente inofensivo: un listado de productos especiales de la empresa. Pero lo que parecía ser un simple ejercicio de organización, esconde una jugada estratégica con nombre y apellido.
“Es para los mericanos”, confiesa Tasio, refiriéndose a los economatos militares en España. Él y don Pedro creen que ha llegado el momento de presentar la oferta… sin haber consultado aún al Consejo de Administración. Andrés, tajante, recuerda que este tipo de decisiones debe pasar por la aprobación de todos los accionistas. No se trata solo de un buen plan, sino del modo en que se ejecuta.
Tasio intenta justificar el adelanto, asegurando que retrasó voluntariamente la entrega de la lista para que Andrés y Marta estuvieran al tanto. Marta, aunque le agradece el gesto, no se lo traga. “Tú y Pedro no podéis simplemente saltaros reglas cada vez que os convenga”, le espeta, marcando el límite entre lo estratégico y lo desleal.
La tensión se eleva cuando Tasio, incrédulo, pregunta si votarán en contra del proyecto. Esperaba un apoyo claro, especialmente de Marta, quien anteriormente parecía interesada. Pero ella es firme: aunque el balneario se vendió y hay financiación, no se puede avanzar a espaldas del resto del consejo.
Andrés remata la conversación con un mensaje claro: el procedimiento importa. Don Pedro puede tener visión, pero si no respeta los cauces formales, pierde la confianza. Porque en este juego de poder, el fondo no basta… también importa la forma.
¿Se tambalea la alianza interna? El futuro del proyecto pende de un hilo.¿Quieres que prepare el próximo spoiler con lo que sigue en esa escena?
