En el próximo capítulo de La Promessa, Adriano finalmente se da cuenta del vínculo irrompible que lo une con los hijos de Catalina. A pesar de la conmoción y el asombro que lo invaden al comprenderlo, toma una decisión inesperada: le pide a Catalina que se case con él, proponiéndole criar juntos a los niños como una verdadera familia. Catalina, aún atrapada en un torbellino de emociones contradictorias, acaba aceptando la propuesta, y en un arranque de esperanza renovada, ambos fijan la fecha de la boda.
Sin embargo, lo que parecía ser el inicio de un nuevo capítulo en sus vidas se ve interrumpido por un evento inesperado. Pelaio, quien había permanecido en silencio por largo tiempo, regresa de manera dramática justo durante la ceremonia nupcial, rompiendo el ambiente solemne. Su aparición no es solo un regreso; viene acompañada de una revelación impactante sobre Adriano, un secreto oscuro que cambiará por completo el destino de todos los involucrados.
La tensión aumenta cuando Pelaio revela algo inesperado sobre Adriano, lo que deja a Catalina sin palabras. El futuro de todos queda colgando de un hilo delgado, mientras la verdad parece más cerca de estallar. ¿Qué hará Pelaio esta vez? ¿Qué secretos oscuros desvelará que pondrán en peligro el equilibrio que, hasta ese momento, parecía alcanzar Catalina con Adriano?
La escena se desarrolla de forma íntima en el jardín del palacio, donde Adriano, con una determinación renovada, se acerca a Catalina, quien está acompañando a uno de los gemelos en sus primeros pasos. Al ver esta escena tan delicada, Adriano siente el peso de la verdad: él es el padre de esos niños, y finalmente se da cuenta de lo que eso significa. Con emoción, se acerca a Catalina y le confiesa que no puede seguir siendo ajeno a lo que está sucediendo. Le asegura que quiere estar a su lado, ser el hombre que necesita y el padre que sus hijos merecen.
Catalina, con lágrimas en los ojos, revela el dolor que ha sufrido, no solo por la ausencia de Adriano, sino también por la traición de Pelaio. A pesar de su amor, Catalina se ha endurecido con el tiempo. Le deja en claro a Adriano que si realmente quiere estar a su lado, debe aceptar sus reglas: nada de juegos, secretos ni desapariciones. Quiere estabilidad y una vida llena de responsabilidad, respeto y decencia. Además, le pone una condición rotunda: si realmente quiere estar con ella, debe casarse. No aceptará menos.
Adriano, profundamente conmovido por la sinceridad de Catalina, se arrodilla ante ella en ese mismo instante y le pide matrimonio, asegurándole que está dispuesto a hacerlo todo para cumplir con sus promesas. Catalina, aún emocionada, responde que, si todo se hace bien, estarán casados antes de que termine la próxima semana. Ambos sellan su compromiso con la promesa de que esta vez, todo será diferente.
A la mañana siguiente, la noticia del compromiso de Catalina y Adriano se esparce rápidamente por el palacio. Sin embargo, no todos lo reciben con la misma alegría. Manuel, el hermano de Catalina, al enterarse de la noticia, se muestra serio y preocupado. Tras una conversación con Adriano, le deja claro que no permitirá que Catalina sufra de nuevo. Le advierte que, si llega a herirla de alguna forma, él mismo se encargará de que desaparezca de su vida para siempre. Adriano, con sinceridad y determinación, le promete que no la decepcionará y que será el marido y padre que ella y los niños merecen.
Aunque Manuel no muestra mucho entusiasmo por el compromiso, acepta que Adriano tiene buenas intenciones, y le dice que hará todo lo posible por apoyarlos en la ceremonia. La tensión entre ambos hombres se aligera cuando Adriano le asegura que no dejará escapar esta oportunidad de hacer las cosas bien. La boda, aunque sencilla, está siendo cuidadosamente planeada, con cada detalle, desde los arreglos florales hasta la disposición de las sillas, pensados para hacer de ese día un evento especial.
La promesa de un nuevo comienzo, llena de esperanza pero también marcada por las sombras del pasado, se perfila en el horizonte. Catalina y Adriano, a pesar de los obstáculos que enfrentan, están decididos a comenzar de nuevo, pero las amenazas de Pelaio y los secretos aún por desvelar dejan claro que el futuro será todo menos sencillo.